Pesquisar

Atualmente, esta seção não inclui nenhum conteúdo. Adicione conteúdo nesta seção usando a barra lateral.

APRENDA EL USO DE HERRAMIENTAS

En esta guía le enseñaremos herramientas digitales como The Canada Job Bank, para que se conecte exitosamente con empleadores canadienses

¿ES SU OCUPACIÓN REGULADA?

Usted recibirá un email con un PDF que es un formato compatible con cualquier computador(a), tableta, o smartphone.

NO SE DEJE ENGAÑAR

Aprenda la mejor forma de prepararse para un trabajo, buscar oportunidades, y escoger las formas seguras de hacerlo para evitar ser engañado

Atualmente, esta seção não inclui nenhum conteúdo. Adicione conteúdo nesta seção usando a barra lateral.

Opinión Sobre Canadá de una Nueva Inmigrante

En mis notas generalmente me extiendo en mis opiniones y poco acostumbro limitarme a compartir el contenido producido por otros, pero para iniciar mi blog he decidido acudir a la publicación de Asma Azeem-Qureshi en The Globe and Mail de julio 4, 2019. Asma expresó en su artículo un sentimiento por Canadá que quiero compartir con ustedes en una traducción libre que yo mismo he hecho. Este es su artículo:

Soy nueva en este país, pero veo lo que está en el corazón de todos los canadienses

Cuando nuestro vuelo aterrizó en Montreal, pude ver las hojas rojas de arce (‘maple’) en las colas de los aviones parqueados cerca de la terminal. Este no fue nuestro primer viaje a Canadá, pues yo ya había visto esta escena antes. Pero esta vez fue diferente. Estábamos entrando por primera vez a Canadá como inmigrantes. Después de cinco años en los que nuestros archivos estuvieron viajando por las oficinas de inmigración en cinco países y a través de tres continentes, finalmente llegamos al día que tanto habíamos esperado por tanto tiempo. Ibamos a ser nuevos canadienses.

Ahora, tres años han pasado desde ese día y cómodamente podemos aceptar lo ‘nuevo’ y llamarnos más o menos canadienses. Al menos, así es como me veo yo misma. Créanlo o no, he sido llamada canadiense (antes de realmente llegar a serlo) como un insulto muchas veces en mi vida. Más que todo, por que yo fui muy respetuosa, paciente o por defender a un extraño que estaba sido intimidado, o por salir de mi camino a ayudar a alguien. Una vez un espectador me gritó: ¿Usted quién se cree? ¿Una canadiense?

En tres años transcurridos, mi familia ha desarrollado características particularmente canadienses además de la cortesía y compasión. Mi hijo ama el hockey, mi hija come ‘poutine’ en copiosas cantidades, y mi esposo se ha vuelto un veterano en la batalla común de todos los canadienses: el invierno. Yendo a través de repetidos ciclos de palear, echar sal, conducir a la defensiva en carreteras con finas capas de hielo, y tratando de mantenerse en la autopista en medio de una tormenta de nieve, ha llegado a convertirse en algo natural.

Hablando en serio. Me siento bendecida de ser una canadiense. Todos los días le agradezco a mi creador la oportunidad de vivir en esta tierra y pertenecer a ella. Puede sonar ridículo a algunos, pero aquellos que han trabajado duro y esperado tanto tiempo para llegar aquí, quienes han experimentado una vida difícil en otras partes del mundo saben de verdad que es una bendición inmensa. He vivido en Pakistan, Suiza, y Líbano, así que he estado expuesta a muchas culturas y puntos de vista. Puedo decir con confianza que Canadá es diferente.

¿Qué es lo especial de este país? Por un lado, es enorme. Su sistema de salud y educación universal, su sistema legal, la paz y seguridad, tolerancia y aceptación, justicia y oportunidad son solo unas pocas cosas de las muchas que tenemos aseguradas pero que son un sueño imposible y un lujo para millones alrededor del mundo.

Pero lo que yo valoro por encima de todo es la diversidad y libertad.

Dentro de un radio de 20 kilómetros de donde vivo hay iglesias, mezquitas, templos y sinagogas. En nuestro barrio el festival nunca termina, pues tenemos familias que celebran Navidad, Eid, Diwali, Hanukkah, el Año Chino y más. Podemos disfrutar la cocina de cada parte del mundo y oír al menos seis lenguas habladas durante media hora de compras en el supermercado.

Además, hay muchas libertades. Algunas veces no nos damos cuenta de que ellas son las que nos hacen lo que somos. Somos libres para leer y escribir, libres para aprender y enseñar, libres para trabajar y ganar con dignidad, sin importar a que género, color, raza, o creencia pertenezcamos. Somos libres de vestir como queramos y estar donde queramos. Libres de comer y beber lo que deseemos. Libres de enamorarnos de quien sea y terminar si lo queremos. Libres de creer en cualquier religión o en ninguna. Libres de trabajar o jugar duro. Libres de hablar y de permanecer en silencio. Y finalmente libres de vivir y libres de morir si la vida se torna muy dolorosa.

Ninguna de estas libertades llegaron fácilmente y deben ser protegidas cada día de nuestras vidas. Libertad de escoger está en el corazón de lo que nos hace canadienses, y cualquier cosa que amenace estos valores centrales debe ser retada y derrotada. En este frente tenemos que estar en guardia. Así, nuestro verdadero Norte permanecerá fuerte … y por encima de todo, libre.

No ignoro las atrocidades ocurridas en los capítulos oscuros de la historia canadiense. Tampoco soy ciega con las injusticias que hemos heredado y desafortunadamente perpetuado. El colonialismo, el genocidio cultural y el racismo sistémico no son extraños a este país. Tenemos el calibre para ser líderes morales, pero primero necesitamos poner nuestra casa en orden. Pero lo estamos intentando ¿Correcto? Canadá ha probado ser refugio para gente destruida en muchas partes. Desde minorías religiosas hasta refugiados cansados de la guerra. Desde mujeres que han escapado de países con draconianas leyes patriarcales hasta miembros de la comunidad LGTBQ que enfrentan persecución en sus países de origen, todos han encontrado un santuario seguro en esta tierra bendecida.

Estoy de acuerdo, nosotros estamos afectados y necesitamos arreglarnos nosotros mismos ¿Pero, no es el estilo canadiense tratar de ayudar a otros que necesitan cuidado y asistencia, todo mientras tratamos de curar nuestras propias heridas?

Profundamente siento que podemos hacer ambas cosas. Eso es lo que he aprendido en los tres últimos años de mi vida aquí.

Asma Azeem-Qureshi vive en Mississauga, ON

Busque en todo el sitio